Por MG. MANUEL SAAVEDRA MARTÍNEZ

Dirección de Educación Continua

Pontificia Universidad Católica del Perú

 

 

 

En los últimos años, hemos observado cómo muchas instituciones educativas han venido invirtiendo en el ámbito de la educación continua, sobre todo en zonas de mayor desarrollo económico de nuestra capital. La intención es clara, posicionarse como organizaciones modernas de la mano de la tecnología y de cara a atender diversos grupos objetivos, ya sean escolares, empresarios, emprendedores, adultos mayores o simplemente personas que no desean seguir un currículo universitario o de instrucción superior.
No obstante, al hablar de modernidad y tecnología, se suele pensar mucho más en aspectos visibles como infraestructura o la virtualización de la educación, y se relega la mirada hacia el capital humano, específicamente hacia los docentes. Dentro de toda esta logística educativa, la figura del docente suele perderse en contraposición de lo que más valora el participante al momento de elegir un curso o diplomatura. Según investigaciones realizadas por la Dirección de Educación Continua (DEC) de la PUCP, un 56% de participan-tes manifiesta la importancia de contar con docentes con experiencia laboral, mientras que un 33% considera la importancia de una buena infraestructura y equipamiento. En este marco, el rol del docente de educación continua se vuelve estratégico para la sostenibilidad de una oferta educativa. En el 2017, los docentes de educación continua de la PUCP sumaban 1,341. De este universo, un 43% tenía grados académicos de doctor o magíster, lo que constituye un valor agregado por parte de nuestra Universidad. En esta misma línea, en términos de experiencia, observamos que la participación de los docentes del pregrado y posgrado en el dictado de educación continua es solo del 23% (exactamente 310 profesores) del total de docentes del 2017, cuando la población de los profesores adscritos a un departamento académico ha sido alrededor de 2,348 hasta abril del presente año.

“EL ROL DEL DOCENTE DE EDUCACIÓN CONTINUA SE VUELVE ESTRATÉGICO PARA LA SOSTENIBILIDAD DE UNA OFERTA EDUCATIVA”.

 A simple vista, es fácil percatarse de una brecha significativa al interior de la PUCP, donde la dinámica de transformación de la educación continua no se apoya en este tipo de docentes que ya se encuentran vinculados a la Universidad, lo cual podría significar una valiosa oportunidad para diferenciarnos de la competencia. La expansión de estos profesores, sobre la base de institucionalizar en la PUCP la declaración del área de interés de dictado como soporte principal de la información disponible y accesible, permitiría que las unidades organizadoras de educación continua conozcan la oferta interna de estos docentes. Producto de ello, se tendría mayor movilidad y oportunidad de acceso en la provisión de docentes en la Universidad. El involucramiento de este grupo de profesionales, con dedicación profesional y académica, redundaría en la constitución de redes o espacios de incubación de ideas para incentivar las propuestas de actividades de educación continua, alineadas con la demanda social y productiva del cambiante mercado laboral.
Finalmente, los nuevos programas de enseñanza que surjan deberían promover el uso de tecnologías para que la PUCP sea sostenible en este sector, mediante una oferta académica competitiva.